jueves, 23 de julio de 2009

LA GRANADA ENTRE PATATAS

Afirman que una mujer de 78 años ha encontrado una granada de la Segunda Guerra Mundial en una bolsa de patatas que había comprado en un mercado de su barrio, en la sureña ciudad de Nápoles, informó la policía después de que se diera parte de lo ocurrido.

La italiana se disponía a pelar las patatas, cuando en un acto reflejo y sin mirar echó mano sacando una de la bolsa. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que tenía entre sus manos un artefacto del tamaño de un limón. Al mirarlo fijamente vio que se trataba de una granada, ¡a la que le faltaba la espoleta!

La mujer, demostrando la sangre fría que da la edad, la llevó a la policía, que comprobó que se trata de las que utilizaban las tropas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, informaron los medios locales.
……

Esta pequeña reseña intriga y despierta la imaginación: ¿esa granada estuvo rodando por allí durante tantas décadas sin que llegara a las manos de alguien antes? ¿Cómo terminó en la bolsa de patatas? ¿Habrá otras? Supongo que la doñita se preocupó y pensó que lo mejor era salir de ella. Lo que es lo responsable, seguramente estaba vencida, pero ¿y si estallaba lastimando o matando a alguien? Para una persona conciente semejante posibilidad es intolerable; pero quedarse con semejante objeto, un recuerdo del pasado, violento y todo lo que se quiera, pero algo de otra era, habría valido la pena intentarlo.

Me agrada la Historia, y la Segunda Guerra Mundial es uno de mis periodos preferidos. Y como en este corto relato, así imagino Europa; bajo sus bonitos campos y sus ciudades modernas y antiguas, se oculta la historia. Tal vez notaron que el canal History (que cambió de nombre), tenía un micro de este tipo, una mujer y una niña paseando por una playa tranquila, bonita, madre e hija compartiendo el momento, y superpuesta una imagen de gritos, explosiones, barcos y hombres desembarcando. Era la playa de Normandía. ¡Y era tan increíble verlo!

Lamentablemente no encontré el nombre de la doñita, pero la imagino vestida de negro, severa, con una pañoleta en su cabeza, con un viejo bolso en sus manos y la granda adentro. Como en las películas antiguas.

Julio César.

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