martes, 14 de julio de 2009

GLORIA MACAPAGAL, LA CUARENTENA DE LAS TETAS

Creo que ya les he hablado de un amigo que tengo, Abelardo, que trabaja aquí en el ministerio, y que es un perro. Sí, lo es, casi ladra. Está estudiando en una universidad bolivariana, aunque odia a esta gente, derecho. Según él, los profesores son sensatos y tratan de corregir hasta la forma de hablar malandreado de algunos estudiantes que suponen que por ser bolivariana los graduarán obligatoriamente. Según él, no; yo tengo mis dudas. En fin, habla de que los tienen estudiando por grupos y a él le tocaron tres muchachas. Que son bellas, pero, en sus palabras, brutas. Pendientes del celular, fiestas, paseos y tipos (no de él, creo que eso le molesta). De forma grosera se refiere a ellas como: Titina, Muñeca y Princesa; y que aunque los profesores dicen “estudien esto que va para la evaluación”, casi subrayándolos, a las chicas las toman por sorpresa en las pruebas; no estudian.

Bien, una de ellas, según él, la más bruta de las tres, faltó tres semanas a clases y ya iban a darle por perdido el semestre cuando apareció con un justificativo médico donde constaba que estuvo de reposo por dengue, luciendo una muy corta blusita con escote… y unos senos rehechos. Aparentemente se aumento dos tallas. Ahora la joven, toda llorosa, anda metida en problemas legales con la universidad. Los profesores, desconfiados, no le creen lo del dengue. Pero, aparentemente, cosas así les pasan a la joven estudiante de un colegio que creía paupérrimo, y a la gran mandataria de una nación…

La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal, fue pillada de la misma manera. Qué vergüenza, para ella, claro; seguro la prensa hizo fiesta. La mujer ha perdido mucha credibilidad al descubrirse que una cuarentena voluntaria a la que dijo someterse para dar ejemplo de lucha y prevención contra la llamada gripe porcina, durante toda una semana que no se dejó ver, era una cortina de humo para ocultar una operación de senos (tetas o lolas como las llaman por aquí). Todo se descubrió de la manera más desastrosa para ella, comenzando el 29 de junio con una nota de prensa donde se resaltaba el ejemplo de responsabilidad social ofrecido por la señora Presidenta a su pueblo, Gloria Macapagal, al aislarse por motu propio, como una medida de lucha contra la enfermedad. Sin embargo la olla fue destapada por el diario The Star, donde se dijo: “La cuarentena es una tapadera. La Presidenta necesitaba reparar los implantes de siliconas mamarios que se hizo en los años ochenta. Aprovechó también para hacerse la depilación láser en la ingle…”.

Dios, de qué cosas se enteran, hasta de eso supieron. La verdad es que la mujer pecó de ingenuidad. Debía saber que en este mundo ya nada es secreto, que siempre hay alguien dispuesto a contar lo que vio y lo que no, como en el viejo chiste de “él lo sabe todo y lo que no, lo inventa”. Imagino que debe serle difícil encarar ahora a los reporteros que indagan. Debe estar rogando que suceda algo que aleje de ella la atención. Por otro lado, ¿verdad que son curiosos esos nombres en un lugar que queda al otro lado del mundo, Corazón, Ismelda, Gloria? Seguro los españoles tienen algo que ver. También de resaltar es el protagonismo femenino en la presidencia filipina, cuando no está una mujer mandando directamente, como la señora Aquino o esta señora Gloria, manda desde ‘atrás’, como la Ismelda. Bien visto, no es malo.

Julio César.

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