miércoles, 12 de noviembre de 2008

NO LO ENTIENDO, ¿SERÁ LA DICHA?

Era eso, la simple alegría de estar allí…

No sé qué pasa pero te escucho, realmente escucho tu voz susurrando a mis oídos cuando callas, cuando estoy lejos de ti cuidando a las ovejas. Muchas veces he virado mi rostro buscándote al sentirte tan cerca, pero no estás. Sin embargo no me importa, el desencanto debería ensombrecer mi día, pero sonrío, porque me basta para recordar tu estampa; y me estremezco aunque todavía no lo entiendo.

Me hablas mientras ríes y bebes a mi lado, como mi amigo, y debo desviar un poco la mirada, porque tu boca me hace recordar los besos que he robado y pensar en aquellos que todavía no he dado. Caricias que me pesan cuando reparo en ellas, el esperar por esos labios que un día besaré y que todavía son promesas de amores que viviré; y es cuando con escalofríos reparo en que tampoco tú los has brindado y… Ni siquiera imaginas, mi dulce amigo, con todo aquello que he soñado.

No lo sé, camarada, pero ahora temo que tu recuerdo me persiga toda la vida. Un día nos separaremos, cuando estos deberes que nos obligan a estar juntos terminen, y sé que cuando estemos lejos recordaré tu mirada y mucho me temo que perderé mi alegría. Pero no quiero pensar en eso ahora mientras escucho tu historia, mientras te cuento la mía, ahora que estamos juntos y el mundo es perfecto. Tu pierna roza la mía, hace rato que debí separarlas… pero no me atrevo porque tal vez un día, en una existencia árida y fría, con tan sólo aferrarme a este recuerdo me bastará para continuar. Ríes y río contigo, dejémoslo así, ya mañana será otra vida.

Julio César.

NOTA: Ya sospecho un ataque deliberado. Nuevamente padecí un virus en mi disco duro que ha afectado varios archivos. Este tiempo fuera sirvió para que lo revisaran, pero siempre es un problema.

No hay comentarios: