sábado, 1 de noviembre de 2008

LA SEÑORA BOLOCCO Y LOS MALOS RATOS

-Siento un airecito…

Cecilia Bolocco es una de esas personalidades que despiertan interés por donde pasa. Y cuando se le pregunta a alguien por qué, nadie sabe explicarlo. Sabe moverse, pero últimamente parece no acompañarla la suerte, bueno, dicen que Menem es medio gitano, tal vez la empavó. Esta mujer de buen ver, ex reina de belleza, se dio a conocer, al menos a nivel internacional, cuando se casó con el señor Carlos Menem, ex presidente de la Argentina. Desde el principio se desató una feroz polémica, ¿qué buscaba una mujer como ella con un hombre así? Al parecer les pareció que era ‘viejo’ para ella; personalmente si pensé que se veía como deterioradito, pero siendo un presidente, eso le prestaba ese glamour que dicen viene del poder; algo como Bella y Bestia son. Sin embargo los mal pensado creyeron entender la razón analizando un razonamiento del Conde del Guácharo: “¿Qué hace un viejo en una discoteca con una carajita?: pagar la cuenta”. Sea como sea, saltaron a la fama, por altivos, pantalleros y amantes de la exhibición… Tal vez en demasía.

La dicha en pareja no duró mucho, primero llegaron todas esas cosas horribles que se dijo de Menem como presidente, luego se habló de una separación de los conyugues, y la prensa, como siempre, dio a entender el por qué. Aquellas fotos donde salía la moza ligerita de ropas, apechugada de un ‘amigo’ en unas playas de Miami, terminaron con su matrimonio; cosa que no debió sorprender a nadie de darle la razón a muchos que imaginaban que cuando el maduro marido se acostaba a descansar o se dormía en una silla mientras conversaban, ella escapaba a divertirse, a vivir su vida. A la dama le gusta la publicidad, aunque tal vez no de este modo. Pero continúa buscándola…

No hace mucho, en una presentación en Viña del Mar, fue criticada solapadamente por parte de esas personas que comentan sobre moda. Gente feroz y agresiva donde la halla. Hasta mala gente resultan a veces. Era acompañada la crítica, que adjunto con paréntesis míos, con la imagen de la mujer algo ligera de ropas que se observa arriba:

“Parece que a la ex reina de belleza le vino la crisis de la cuarentena… (qué grosero) Que se siente más linda que nunca se nota en los escotes que escogió en fama… pero ¿esto? ¿No será mucho? (¿la verdad?, creo que no; si las mujeres salieran a comprar el queso vestidas así, el mundo no sería tan desagradable). Es cierto que el corte del vestido de Rubén Campos es soberbio, e incluso bien sentador para el par de calcetines de la Bolocco (¡Dios!), ¿pero era necesaria tanta transparencia? Graciela Alfano allende los Andes los usa ya pasados los 60, es cierto, pero para mostrar hay que tener y su trayectoria es otra. En todo caso, un poroto a favor por glamour y coraje” (la verdad es que la gente de la moda cuando critica, destroza… y no precisamente el traje).

Ahora, lo último que se sabe de ella es que tuvo que ser trasladada, en ambulancia y todo, con su hijo de cuatro años a la clínica de Santiago de Chile por un extraño accidente casero por inhalación de monóxido de carbono, que manó de una estufa en mal estado. Al parecer no fue grave, pero si se junta todo hace un inquietante cuadro por parte de esta mujer de temple. No pasa buenos tiempos. Esperemos que la mala estrella deje de brillarle ya a esta señora que no es precisamente bonita, hay algo de duro en ella, y no derrocha, al menos en fotografías, simpatía, pero a quien se le nota ese aire fuerte que tienen las mujeres de éxito. Ojalá pase este mal momento.

Julio César.

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