lunes, 15 de septiembre de 2008

WILLIAM ECHEVERRÍA, IZARRITA, TELESUR Y COLOMBIA

-Déjame explicártelo lentamente, este es un pezón.

Qué escándalo se armó con unas declaraciones del ministro de la defensa colombiano, el señor Santos, y en Estados Unidos, ni más ni menos, como para que causara más malestar, sobre la utilización de símbolos de TELESUR por el comando que rescató a los quince rehenes aquellos. En TELESUR, un supuesto canal divulgativo que no se sabe exactamente qué son (ahí dicen retenidos por rehenes, y liberados por rescatados, ¡son tan extraños!), se molestaron. El ministro Santos parece estar jodiendo más de la cuenta, y por el simple, chocante y ruin fin de burlarse de sus enemigos (es qué es tan fácil), pero debería medirse. A menos que sea a propósito, para sembrar en algunas mentes una asociación (¡Jesús, María y José!) TELESUR-FARC. Son tan mañosos esos cachacos.

Izarrita, el ministro de propaganda del régimen, con ojos desorbitados (el exceso de rimel se los hace ver inmensos), VTV y TELESUR no han dejado de cacarear desde ese momento, parecen gallinas que quieren poner un huevo que no sale. En sus extravíos han llegado a los límites (no del ridículo, ese lo pasaron hace rato), de querer equiparar a TELESUR con la CRUZ ROJA. Hablan de engaño alevoso, ruin y cobarde en las actuaciones del ejército colombiano, y aquí llegamos a lo que en verdad les duele: que a las FARC les hallan echado esa vaina, una vainota más bien. Pero aquí hay que aclararle varios puntos a estos politiquillos de medio pelo, cosa tontas que ellos deberían saber, seguro lo saben pero lo obvian contando con que los demás son pendejos, y en este grupo incluyo al insulto y tibio Presidente del Colegio Nacional de Periodista, William Echeverría, quien se suma al coro de los que protestan; de este señor me temo termine haciendo más daño que un chavista de uña en rabo o un opositor recalcitrante. Es lo malo de esa gente que quiere estar bien con Dios y con el Diablo, que se sonríe con el que está presente, sobretodo si cuenta con poder, y luego se sonríe con los contrarios y promete lo que no puede hacer. Hasta la Biblia advirtió contra esta gente, los tibios de corazón.

Bueno, al punto. Cuando la guerrilla secuestró a muchos de esos policías, militares y políticos, lo hizo con un engaño, en medio de un ataque llegaron en un autobús oficial y vestidos de militares regulares, y se fingieron institucionales para secuestrarlos. En ese momento tal acción fue un ardid heroico, osado y valiente, no un engaño vulgar. No capturaron (secuestraron) a esa gente mediante un ataque frontal y viril, ah, pero se les aplaudió. Ahora, y en eso se suman muchas otras voces, el ardid mediante el cual el ejército colombiano engañó a los irregulares, con símbolos de TELESUR incluidos, es una bajeza, una cobardía; y lo gimotean con lágrimas en los ojos ante tanta villanía. Y no hablo únicamente de estos grupos que bajo el amparo del colosal ingreso del narcotráfico que sostiene a estos movimientos, salen a gritar contra Colombia y su ejército. Muchas personas de buena voluntad creen también eso, porque esa es la ventaja del mal, del terror, que pueden actuar como les de la gana para alcanzar sus fines, sin detenerse ante nada y hay que aceptarlo, pero las fuerzas regulares deben actuar según ‘ciertos valores’. Mentir, emboscar y matar es prerrogativa de mal, el bien no puede hacer nada de eso. O eso pretende estos cachorros del terror. No, señor William Izarra, ante estas lacras que durante años han causado dolor y muerte en el suelo granadino, cualquier método para exterminarlos es válido.

Ahora lo de TELESUR, y preste atención, señor William Echeverría: esta cadena televisiva desde el mismo momento de su nacimiento dejó claro que sería una vitrina rota de las bandas irregulares, donde algunos los apoyaban para ver que pescaban en río revuelto, algunos buscaban controlar otras regiones mediante lo que cree que debe ser, y los asalariados del narcotráfico; recuerdo que comenzaron con un video feo y viejo, medio pavoso, de una joven cantando el himno de las FARC, ni el sentido común de disimular tuvieron. Los cantos revolucionarios, los ataques desmedidos contra la comunidad europea y los Estados Unidos, así como a los gobiernos de derecha, sin razón justificada, no es de gratis. Hace poco, por error, caí ahí (creí tenerlo bloqueado, siempre temo sentarme y encontrar a Chávez hablando paja) y transmitían un micro sobre la bomba atómica arrojada sobre el Japón, de cuantos muertos hubo y todo eso. Como no eran días de conmemoración imaginé que era un contenido regular, y me pregunté si alguna vez habrán hablado sobre los horrores cometidos por el Japón en China y Birmania en la misma época, algo que hasta los nazis, sonrojados y mirando al suelo, reprobaron. Seguramente no, porque en su concepción de lo que es un medio de izquierda dizque informativo, eso no cuadra.

Desde TELESUR salen los análisis más recalcitrantes, contrarios y antagonistas a gobiernos como el colombiano, desde allí se intentó disfrazar el hecho de que Ecuador cobijaba campamentos guerrilleros, cuadrándose con estos en contra de Colombia, sumándose luego al llanto falso de Rafael Correa condenando al ejercito y gobierno neogranadino. Aún no se ha explicado cómo en plena selva, una larga entrevista al uno de los comandantes, Cano, este fue grabado en una propiedad privada. No han explicado, tal vez no pueden, cómo no le preguntaron en esa extensa entrevista a Iván Márquez, donde este prometía que no descansaría hasta que más sangre corriera en Colombia, qué pensaba él sobre el que Colombia toda salga a protestar contra las FARC. No, nada de eso entra en sus cálculos. Actúan como una oficina de relaciones publicas de la narcoguerrilla, sin detenerse en difamaciones, inventos y calumnias, pero desean que se les aplique el código que protege a la prensa cuando los tocan, aunque les sepa a caquivia que otros medios sean atacados, perseguidos y cerrados.

Señor Izarra, ¿acaso el cerebro no le da como para saber que cuando se toma partido en una guerra, de forma abierta, se debe estar preparado para las represalias? Si te unes a mi enemigo, también tú eres mi enemigo. ¿De verdad no lo sabía? Recuerdo cuando se hablaba de la reforma constitucional, el diciembre pasado, la abogado Rocío San Miguel iba de televisora en televisora, angustiada, explicando que un gobierno no podía crear guerrillas urbanas y decir que cada casa debía ser una trinchera, porque en cuanto una calle, una casa, se arma para atacar a un hipotético enemigo, este recibe el permiso para destruirlos por la fuerza. Pero eso no lo sabía la gente de TELESUR, y cómo ahí lo único que se hace es halarle mecate a quien suelta los reales, no buscan quien los medio oriente; pero ¿qué no lo sepa el Presidente del Colegio Nacional de Periodista antes de salir a pedir respeto para TELESUR, a ellos que no respetan ninguna norma? Señor, asesórese.

Julio César.

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