…no lo creo.
Cuando le dolía mirar hacia atrás, al tiempo ido como los afectos de la niñez o esas amistades que se creyeron eternas a las sombras del árbol en la cancha escolar, cuando le atemorizaba mirar hacia delante, a lo incierto, en la eterna espera de una vida ideal que no se cumplía… mirar hacia un lado u otro le bastaba, allí tenía todo lo que necesitaba, todo lo que siempre había esperado en realidad. Únicamente debía volver la mirada y buscar, allí estaba su felicidad.
Julio César.
Cuando le dolía mirar hacia atrás, al tiempo ido como los afectos de la niñez o esas amistades que se creyeron eternas a las sombras del árbol en la cancha escolar, cuando le atemorizaba mirar hacia delante, a lo incierto, en la eterna espera de una vida ideal que no se cumplía… mirar hacia un lado u otro le bastaba, allí tenía todo lo que necesitaba, todo lo que siempre había esperado en realidad. Únicamente debía volver la mirada y buscar, allí estaba su felicidad.
Julio César.
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