lunes, 15 de septiembre de 2008

CADA DÍA MÁS LIMITADOS

-Desespero porque quiero…

Hace poco, muy poco es verdad, leí en una revista que a la actriz Teri Hatcher, la Susan Mayer, de la serie MUJERES DESESPERADAS, la tenían vetada o en una lista de gente no querida en Filipinas. Me pregunté, vaya, ¿qué hizo? Leí para no cometer ese error. Al parecer en un capítulo de la dichosa serie que me parece angustiante, en un consultorio médico, sufriendo de calorones y vainas, un doctor la examinaba y le insinuó que podía ser la menopausia. Molesta ante esa evidencia de vejez y decadencia, como pareció entenderlo ella (tengo amigas que están locas por terminar de menstruar), le preguntó qué clase de médico era, que deseaba ver sus títulos, preguntándole dónde se graduó, ¿en Filipinas?

Eso bastó para que cayera en la mala. Es de suponer que los filipinos, dentro y fuera de Estados Unidos, deberían molestarse con los guionistas, pero eso no es tan chévere. Es mejor odiarla a ella que es una figura pública conocida y medio famosa, a detestar a Pito Pérez, el escritor, a quien sólo conoce su mamá y eso porque no lo olvida ya que aún vive con ella (¿ven que fácil es lanzar una generalidad ofensiva?). ¿Pueden imaginar a un filipino en la calle diciéndote: Estoy molesto con Pito Pérez? Uno debe, obligatoriamente para saber de qué habla (a menos que uno pretenda saber ya porque no te interesa para nada): ¿Y quién carajos es Pito Pérez?

Claro que esta es una individualidad, Teri Hatcher contra Filipinas, o los filipinos contra ella; pero la cosa se generaliza. Leí que algunas cadenas debían cambiar sus programas porque la aparición de un personaje actuando como un retrasado, era ofensivo para este o aquel grupo; que palabras como gordo, negro, judío, ha intentado penalizarse socialmente. Llamar gordinflón a alguien es un acto casi vergonzoso que delata bajeza. Poco a poco la gente va limitándose en su forma de hablar, o debe buscar largos eufemismos para decir la misma cosa. ¿De verdad una persona puede sentirse ofendida porque en un programa informativo usen la frase “la población negra protesta contra…”, en lugar de “la población afro descendiente”? Suena tan idiota. Pero así son las cosas. Y como las costumbres permean, no sería raro que en zona como estas nos alcance tal moda tarde o temprano. Aparentemente a los norteamericanos les gustan esas sutilezas de odio, de resentimientos; lógicamente hablar entre ellos se dificulta, y se dificultará más en el futuro. Por estos lados no es un delito todavía decir negro, gordo, portugués, retrasado o evangélico; pero es que, para resumir pensando en los norteamericanos, como decimos por aquí y que no se ofendan ellos que son tan propensos a eso: no hay nada más bruto que un buey americano.

Julio César.

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