
Como los canales de TV, tipo RCTV Internacional y GLOBOVISIÓN, viven pasando segmentos de declaraciones oficiales en el canal estatal, VENEZOLANA DE TELEVISION, donde ministros, militares y asambleístas quedaban como ignorantes y mentirosos (¿de dónde saldrían tantos… fenómenos?), al señor Izarra, el Ministro de Propaganda, se le ocurrió la genial idea de cobrar en millones de bolívares viejos el segundo (si, el segundo) de transmisiones que estos hicieran de la señal. Pronto el Gobierno revocó la medida porque cayó en cuanta de que si los canales privados no transmitían las noticias oficiales, que únicamente se declaran en el canal controlado porque allí nadie les pregunta aquello que no esté en el libreto, el pueblo no se enteraría de nada, ya que hasta los chavistas prefieren ver GLOBOVISIÓN donde sus problemas son sacados al aire (en VTV no), o ver RCTV, a calarse los canales controlados y entregados (es que son realmente malísimos). ¿Donde entonces se enterarían que el Presidente hará, mejorará o resolverá (siempre conjugando en futuro)? No, era un invento que salió mal, simplemente una halada de mecate más de un hombrecito poco talentoso pero retrechero, eso sí. Y bastante maltratado físicamente que anda Izarrita.
Pero lo de este domingo 8 de junio fue lo cumbre. Nada más el día sábado me reencontraba yo con mucha gente conocida en la marcha que protestaba por un año del cierre de RCTV, y la implementación de la ley GESTAPO, temiendo todos que semejante monstruosidad tomara cuerpo, y a otro día la revocan, o por lo menos su padre renegaba de ella (¡esa no es hija mía!). Por cierto, el sábado eso estaba lleno. Había tanta gente que me sorprendió. Esas leyes autoritarias asustaron a todo el mundo. Pero a pesar de eso ministros y asambleístas, con ese airecillo de quien cree que engaña a una pila de bobos, decían que eso no era así, que la gente deseaba esa ley. Pero ¿qué pasó el domingo? El mismo Chávez dijo que esas leyes eran una barbaridad y que él jamás las aprobaría, regañando a la gente involucrada en su redacción. Uno se alegra, pero no le cree nada. Él dijo, dos semanas antes, que llevaban dos años redactándola; ah, ¿nunca la había leído? (y no lo crean, puede ser, todo es posible en la dimensión absurda). Lo otro fue declarar que la guerrilla colombiana ya no tenía razón de ser, que debían dejar en libertad a sus rehenes y buscar nuevos caminos de lucha (política). La verdad es que uno no entiende como el cuello no se le fractura con semejantes volteretas. Debe estar hecho de goma.
Sí, parece que algo de sensatez se filtra a veces. Pero muy poca gente lo cree. Al parecer las encuestas que legaban a Miraflores, a las que ahora sí le pararon y no como en diciembre cuando se les dijo que la gente le cobraría el cierre de RCTV con el resultado de la aprobación o no a la reforma constitucional, y el Presidente no quiso arriesgarse a otra derrota, ya que esas medida ponían en peligro las elecciones de noviembre. ¿Quién iba a votar por semejante seres? También se dice que los militares, cansados ya de la tutela e injerencia cubana, no deseaban nuevas leyes confiscadoras y dijeron claramente que no. Como sea, Chávez, quien tiene la cara de piedra, dio esa sorpresa. Pero fue una dura e inquietante batalla. Mujeres como Rocío San Miguel, Cecilia Sosa, amén de todos los abogados de trayectoria en este país, dieron esa guerra, denunciando tantos entuertos. Fueron valientes. Periodistas como Roberto Giusti y Leopoldo Castillo (El Ciudadano), en GLOBOVISIÓN; Miguel Ángel Rodríguez y La Bicha en RCTV; y Marta Colomina en UNIÓN RADIO dieron la nota también, informando, con alarma, angustiados; acusados de mediáticos por aquellos que los sacaron del aire en muchos canales, o los persiguen en mil juicios, o controlan gran cantidad de medios… que nadie ve por falta de credibilidad.
Por ahora parece que se ganó una, pero con esta gente nunca se sabe. Aún quedan algunas reuniones en asambleas populares y de ciudadanos que se han articulado de forma asombrosa para informar, llamar la atención y vigilar. Todavía es pronto para sabe si todo quedará así. Por ahora no hay tiempo para mucho más.
Julio César.
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