martes, 16 de diciembre de 2008

NO, OTRA VEZ!!!

-Dios, no…

Que broma, ya esto parece deliberado. Nuevamente tengo un virus de lo más mugroso, que, al parecer, llegó por correo. Es tan basura que bloquea todo, es imposible conectarse a nada que tenga que ver con la red, aunque sigue sintonizado. Si cancelara el Internet por hora me molestaría mucho más. Por unos días los dejo. A decir verdad no me extrañó, diciembre es para mí siempre un tiempo curioso. Ocurren cosas entre las cuales marcho en medio de alegrías y depresiones. Nada anormal. Escribir me gusta, sé que lo hago en demasía más bien, pero esto es catártico, se me ocurren muchas cosas, y muchas otras las veo y escucho de gente a mi alrededor, y una manera de procesarlo es así. No sé si lo he dicho aquí, pero no sé conducir, a mi trabajo voy y vengo en transporte público; en viajes de trabajo, así como a reuniones y fiestas, me llevan. Lo que es bueno cuando regreso hecho una botella de licor, lleno de aguardiente, aunque… ahora pienso que debí esforzarme un poquito en aprender. Al parecer, el no saber, causa extrañeza. Y ahora es otra cosa que veo como una meta inconclusa, aunque jamás me llamó mucho la atención.

A lo que iba, mientras voy al trabajo, en medio del infernal tráfico caraqueño, luego de leer mi periódico y evadir a quien se sienta a mi lado (con ganas de charlar), se me ocurre, u organizo, mucho de lo que publico. A decir verdad no es difícil, transcribirlo sí, y eso me cansa en estos días, porque el ánimo influye en todo. Con cara de compromiso, cuando no con mala cara, llegaré a las fiestas de fin de año. Tomaré, comeré, reiré y sé que me divertiré… pero mientras llego me lleno de inquietud. Es posible que algunos sepan que en Venezuela no hay paz, no podemos disfrutar con tranquilidad la navidad o la cercanía del año nuevo (me encanta abrazar, apurruñar y dar besos esa noche); ni deprimirnos por una de las peores temporadas de Los Navegantes del Magallanes, agravado por el hecho de que Los Leones del Caracas (gente horrible) están ganando juegos de béisbol uno tras otro. No, ni eso se nos permite, nuevamente debemos prepararnos para un acto comicial, eventos a los que son tan dados estos tiranillos inútiles pero fiesteros, donde todo es circo, ya ni pan hay. Si, nuevamente debemos ir a campaña, a preocuparnos, a gritar, a discutir. A darnos mala vida mientras un grupo revolucionario de izquierda vive a todo trapo sin preocupaciones… como no sea no tener que soltar jamás el coroto ni rendir cuentas. Dios, ¡cómo odio a los socialistas!

En fin, espero recuperar mi equipo dentro de poco. Y reunir algo de ánimos. Imagino que ya andan de viaje, o planeándolo, para llegar a esos lugares alegres del ayer, o a otros nuevos, para disfrutarlos con personas queridas. Diviértanse mucho, y pórtense mal. Bueno, antes se decía que el papel lo aguantaba todo, también se puede aplicar a esto, lo que accese seguirá allí después de las fiestas. Nos vemos,

Julio César.

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