
Mientras esperaba recostado de este trailer reconocí que no sabía quién era, qué esperaba o qué me haría feliz. No entendía cómo era mi vida hasta ese momento, ni siquiera sabía si estaba vivo. No conocía mi propio rostro… hasta que alcé mi huidiza mirada y me vi reflejado en tus ojos. Allí lo supe, entonces comprendí qué faltaba. ¡Eras tú! Ahora todo estaba en orden. Todo terminaba… todo comenzaba…
Julio César.
NOTA: Por problemas con la computadora, y por reuniones de urgencia de la Oposición, me retiro unos días, tal vez unos cuantos. Ya nos leemos, chao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario