jueves, 7 de agosto de 2008

EVO MORALES Y LAS SUPER MAQUINITAS…

-A mí me lo pidió… el voto.

Ajá, Evo Morales se cansó de perder elecciones y ha tomado medidas. Después del desastre de los referéndum departamentales donde estos han decidido que desean autonomía para manejar sus recursos (qué abuso, y ellos tan necesitados de plata y tan poco capaces para producirla como no sea ¡quitándosela a otros!), ya no puede seguir arguyendo que son zonas ricas de gente que odia a los indiecitos pobres que se defienden vendiendo coca. Son tan necios que intentaron decir que toda esa gente que votó era rica, y no gente común que tenía su capitalito ganado con esfuerzo y tenía miedo de ellos y su voracidad revolucionaria. Pero con el triunfo en Sucre de la señora Savina Cuéllar, opositora a la toma de Bolivia por Caracas, indiecita y mujer que trabajó duro para tener lo que tiene, el cuento ya no sonaba realista. Imagino que Evo andaba de yeyo, y que aunque no lo acostumbre, eso se lo deja a su mentor Chávez para tenerlo tranquilo, hasta hojas de coca debe haber mascado. Andaba de capa caída con tantas derrotas, con tan poca producción, y ahora esto. Yo creo que eso fue lo que lo llevó a hablarle golpeado a Alan García en la última cumbre, cuando este le clavó un dedo en las costillas y le dijo “cuidadito conmigo, amiguito, o…”, haciéndolo sudar frío (es que ese Alan se ve como grandote, seguro pega fuerte).

El caso es que lleno de incertidumbres, asustado ya por lo que puede suceder, no sólo perder el coroto sino tener que explicar ante un tribunal por qué entregó la soberanía de Bolivia por un dinero que únicamente él y su banda manejaba, y sabiendo que decir que los estatutos autonómicos son ilegales (él que con su gente reformó ilegalmente la Constitución, ¡no te digo!), no detendría a esa gente si el día de mañana, para quitárselo de encima con sus tonterías y su obediencia perruna a Caracas y La Habana, lo mandan a lavarse ese paltó y fundan otra nación, quiere ganar los próximos comicios. ¿Pero cómo? ¿Prometiendo qué que no suene a farsa ahora? Nuevamente la ayuda llegó de Caracas, no puede quejarse de falta de solidaridad. Uno imagina a nuestro presidente, Chávez, gruñéndole:”Pero Evo, ¿tú eres loco? ¿Cómo pierdes tantos referéndums y elecciones? Tienes que ganar”. “Pero es que la gente no me poya”, replicaría él. “Eso que importa, ¿tú eres bobo? Deja que la gente vote como quiera y luego das los resultados que te den la gana”. “¿Pero cómo?”, le preguntaría inquieto. “Llévate las maquinitas milagrosas”.

Y allí están, en Bolivia, máquinas y asesores en su uso, no en como encenderlas o apagarlas, sino como un “sí” se vuelve “no”, y un “no” en “sí”, o la cifra de un opositor se convierte en la suya. Esas máquinas son una maravilla, Chávez no se puede quejar de la inversión que hizo en ellas. De querer hasta miss Venezuela saldría, o Papa, si las usaran en Roma. El vagabundo del Jimmy Carter, luego de cobrar aquel chequecito en donaciones para su Centro (imagino que El Sindicato del Crimen), dijo que jamás había visto un proceso automatizado tan maravilloso, claro y ejemplar. Sin embargo, en las elecciones presidenciales de su país, para unas votaciones en La Florida, gritó como cochino agarrado por el rabo cuando se dijo que se utilizarían ese tipo de máquinas, aduciendo que eran poco fiables y proclives al fraude electrónico. Yo no entiendo cómo lo dijo. Debe ser porque supone, en verdad, que en el Tercer Mundo todo el mundo es idiota y la gente no se entera de esas cosas. Pero en fin, él se consiguió un país bobo de donde pudo sacar una tajada y lo hizo. El caso es que estas máquinas son una tortura china. En países donde las elecciones son manuales los resultaos se saben casi prácticamente en la tarde, y para un conteo total se puede tardar hasta cuatro o cinco días, en Venezuela, todavía no se saben los resultados de las elecciones del dos de diciembre, hace casi ocho meses ya, y cuando le preguntan a la presidenta del CNE, esta se molesta y dice que van tan rápido como pueden, que no la apuren o no cuenta nada.

Pero al punto, Evo está tomando sus precauciones para no perder una sola elección más: controlando los resultados. Ya se habla de cedulaciones y nacionalizaciones extrañas en Bolivia, eso siempre es necesario, porque si la oposición envía a dos millones a un centro, y pierden, necesita una masa de dobles y triple cedulados para decir que en contra fueron tantos millones. Se verá que el número de la población aumentará al doble, y tal crecimiento será de gente mayor de dieciocho, nunca recién nacidos (¡misterio!), y los encargados de operar los equipos serán, sorpresa para turistas, afectos a su gobierno. Son esas triquiñuelas tan comunes en Venezuela, aunque el aval dado por la OEA, España y Brasil siempre les ha dado un aire de respetabilidad. Evo lo implementará en Bolivia, vamos a ver cómo le va. Es curioso, los bolivianos han resultado más levantiscos, contestones y arrechos que muchos otros pueblos en este aspecto. Cometieron el pecado de hacerlo presidente a pesar de que se sabían que ejecutaría el mismo plan de desastre que se aplica en Venezuela, pero han sabido resistirlo mejor. Pero ahora están las maquinitas… y si algo nos enseña TERMINATOR, es que en la guerra de hombres contra máquinas, no las llevamos todas con nosotros.

Julio César.

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