sábado, 29 de noviembre de 2008

ES QUE CUANDO BESA…

MUUUUAACHHH..

Reviviendo el juego donde se lesionó Lionel Messi, caí en cuenta qué tanto furor despiertan estos jóvenes jugadores argentinos de fútbol, pero también cuánta lealtades y devoción. La lista es larga, mucho más allá, y acá, de Maradona. Yo llego hasta él. Los nombres de otros astros resplandecientes del cielo austral, que los hay, no los domino. Pero ahí, sin esforzar mucho la memoria, llegan tres a la mente: Maradona, Batístuta y Messi… Pero fue cuando recordé que durante los días de Maradona, por los noventa cuando ya era un rey decretado, había un joven delgado, de cara afilada y larga melena amarillenta que también brillaba, Claudio Caniggia. Y era bueno.

¿Que habrá sido de la vida de ese señor? Sigue siendo un ídolo en su Argentina natal. Pero yo de él, sólo encuentro en la memoria colectiva dos cosas, que jugaba muy bien y… que su mujer declaró a la prensa que no le gustaban las muestras de afecto de Maradona para con su marido. No entiendo por qué. No es costumbre por estos lados, pero tal vez gente más cosmopolita que nosotros acostumbren esas demostraciones viriles de afecto. No es como si se dieran sendos latazos a bocas selladas (ay, Dios, ¿y las lenguas?), con agarrones a ropas y cabellos, y jadeos. Esas son cosas de Maradona quien (en lo personal no es santo de mi devoción por chavista y fidelista) ya es una especie de niño grande, travieso y querido. Es como era hasta hace poco Estefanía de Mónaco, o como lo es Madonna, hagan lo que hagan se les perdona, entiende y quiere.

Obviamente a la señora de Caniggia no le caía bien el Pelusa, debió ser eso. También cabe que fuera del tipo celosa, hay mujeres que vigilan a sus maridos hasta de los amigos y de los afectos entre estos; puede ser el caso, ¿no?

Julio César.

CUMPLIR CON LOS MUERTOS

Esta es una frase que mi mamá casi siempre repite… pero de la que nunca me hago mucho eco. En mi defensa puedo alegar que, gracias a Dios, muy poca gente importante para mí, querida o conocida, ha partido. Repito, gracias a Dios. A mí eso de los velorios, funerales, dar el pésame y demás, me angustia. No hay peor momento en este mundo que acercarse a alguien y decirle, con tu tono más fúnebre: lo siento, pana, lo siento mucho. Siempre intento no decir nada más, no caer en aquello de: no puedo ni imaginar tu dolor, es tan horrible saber que tu mamá ya no está, que no la verás más, ese vacío debe ser grande. No, cierro mi boca para que nada de eso salga. La muerte de mis abuelos fue dura, por mi papá (los maternos partieron hace mucho, no los conocí); fue desagradable verlo tan triste; pero ambos estaban muy enfermos. Y rompieron con la tradición Quevedo de llegar a muy viejos amenazando con no partir jamás. Y aclaro que quise mucho a mis abuelos; aún los recuerdo, los recordamos todos, de tarde en tarde, como gente excéntrica y divertida.

Creo que he ido, dos o tres veces, a visitar el sitio donde están enterrados. Los maternos ni sé dónde están. Es curioso, ahora mientras lo escribo reparo en lo extraño que es eso. Mi señora madre habla con esa alegre nostalgia de sus seres queridos que da a entender que los amaba, sin embargo jamás hemos sabido dónde están sepultados. Ella nació fuera de la zona, en el Oriente del país.

Hace tiempo, cuando vivía por la Fuerzas Armadas, un tío que vivía en una casita justo al lado, murió. Boté aire. Al tiempo me encontré con unos amigos, Rafael y Ricardo, y me dijo Rafael: “Coño, cuando lo supe le dije a Ricardo, vamos, que se murió un tío de Julio. Llegamos a la funeraria y tú no apareciste”. Por suerte, no todo el mundo es así. Aquí les dejo una entrada que tomé de otro blog, muy coloquial (mucho sabor local) y muy bien escrito, que habla de ese respeto, pero también de esa costumbre tan mexicana que a veces uno cree exageración en películas sobre el Día de los Muertos: las procesiones, la música, los niños jugando, los fuegos artificiales. Creo que sería demasiado para mí. Disfrútenla como yo lo hice, bien vale la pena:

Día de Muertos

Mamá no era católica de Biblia sobaqueada, mucho menos de misa todos los domingos -y eso que estudió en colegio de Monjas- pero era tal su devocionado amor filial que nunca faltó ningún dos de noviembre para llevarle flores a sus difuntos sagrados, es decir, a sus padres, Don Francisco Alonso Valdivia y Doña Elena Castañeda Guevara de Alonso, personajes que no conocimos ninguno de sus nietos, pero de ambos, sabemos todo, porque sus orgullosos hijos, entre ellos, la sacrosanta autora de mis días y mi añorado tío Manuel, nos contaban fantásticas historias llevando como protagonistas a tan extraordinarios antepasados consanguíneos.

Para cumplir con la tradición de amor, me apersoné en el Panteón Municipal Antiguo acompañado por mi cuñado Elías y su esposa Ana Lilia; todo sigue igualito que antes, los ríos de gente, los vendedores encimosos, los niños anunciando: “le limpió su tumba” o “le acarreo agua” y un amasijo de olores en el aire, de fritangas, de flores, de ceras derretidas.

Apenas estaba rezando el primer Ave María del rosario cuando de pronto, de entre las tumbas, como si fuera una escena de la película “Los Tres García”, brotó “El Querreque” y pensé para mis adentros, a lo mejor van a transmitir desde aquí el programa del Pablo Cuchi Cuchi, pero la sola idea se me hizo entre lúgubre y charra, así que decidí darme una vuelta para averiguar de donde salía tanta algarabía y cual fue mi sorpresa que estaban unas “meksican señoritas” pintarrajeadas como si hubieran tomado un curso de maquillaje en la fábrica de cerámica de Talavera en Puebla, también andaban unos muchachos cuerudos, muy erguidos y vestidos como para la fiesta de fin de cursos de una escuela primaria de la periferia, entonces, entendí que la música vernácula era el acompañamiento para los bailables típicos de un grupo de danza local.No quiero ser grosero, bueno, si quiero, pero no puedo, porque luego van a decir que no soy hijo de mi amá sino de otra señora y francamente no tiene caso exponerme al vituperio público o al escarnio del gremio, pero bien decía mi sabia tía Margarita, que los buenos para nada no sirven ni para avisar quien viene, pero a la hora de que uno dice algo de los demás, siempre están ahí para luego correr a repetirlo y conste que yo no deseo hablar mal de nadie pero háganme ustedes el favor, queridos lectores, a quien jijos se le ocurre llevar un fandango completo a un panteón.

Es que estos de Cultura Municipal se pasan de veras, ya sé que al pueblo pan y circo, eso lo entiendo perfecto, además estoy de acuerdo con ellos, pero tampoco que ese jolgorio sea en un Campo Santo, y es que a veces la ignorancia es muy atrevida, porque como no distinguen la diferencia del paganismo del Día de Muertos a la celebración católica de los Fieles Difuntos y que un sitio de reposo eterno, esa paz debe ser a perpetuidad y no andar en estos sainetes, sólo porque a unos incultos herejes se les ocurre que pueden hacerlo sin que nadie los reconvenga por cometer tal desacato a las leyes de Dios, de los Hombres y de Héctor Gaucín el encargado de que los muertos no se salgan y de que los visitantes no se quieran pasar de vivos burlándose de los difuntitos, que dicho sea de paso, en ese antiguo cementerio, han rendido tributo a la madre tierra, prohombres, próceres y virtuosos que le han dado fulgor a nuestro estado tamaulipeco y que merecen seguir en la sobrenatural quietud de los desiertos.Antes de finalizar la presente columna quiero hacer acuse recibo de un comentario que dignifica mi vocación de escribidor de las ajenas vidas, Don Juan Pérez Ávila dice de este sencillo pergueñador de líneas en su editorial del sábado primero de Noviembre: “ejecutando con eficacia el oficio secular del guillotinador de reputadas celebridades” que el decano de los periodistas de Tamaulipas y uno de los hombres más inteligentes de la región que dormita a la margen del río, lo exprese en su Plus Ultra me llena de legítimo orgullo y gran alegría. Ya dije.

Publicado por Fernando Tovar en 10:09
Etiquetas: Día de Muertos
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Julio César.

PREOCUPACIONES

-No, chamo, no tomo más. Siento que no quepo y que me voy a reventar…
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Dios me libre de ser quién diga algo contra las tangas, pero me pregunto: ¿no será incómodo moverse, saltar o nadar con una pieza así? Hay que reconocer las habilidades donde estén, ¿verdad?

Julio César.

EL 2000

Así es más rica la vida…

Lamento parecer algo necio y maniático, pero siempre me ha parecido que cualquier actividad, sea leer, escribir, pasear, hablar, pensar, debe llevar consigo un fin, un propósito. Una meta, pues. Aunque no se me mal interprete, puedo ser bien vago cuando me lo propongo y hacer cosas simplemente por hacerlas… o no hacerlas. Sin embargo toda vida debe tener utilidad, como la de aquel que siembra una planta que luego será enorme, dará oxígeno y sombra bajo la que otros se cobijaran en un momento dado; o el que levanta a una familia donde existe el deseo de superación, de ser mejores, de visitar mundo, de conocer lo que fue antes que ellos, de vivir mejor de lo que se vivió antes. Creo que a eso le llaman transcender, y es un concepto bonito. Aquí, como una introducción, me voy con unos comentarios sobre cosas que me preocupan, que me afectan… y que me arrechan. A estas altura de la vida, toda persona mayor de veinte años debe saber, o sospechar, que los problemas de su comunidad, del mundo, no pueden ser dejadas en manos de los políticos, porque al parecer, y que Dios me perdone por ser tan mal pensado, estos muchas veces sólo piensan en su conveniencia… cuando no son personas rematadamente inútiles. Peor, hay locos que no lo parecen hasta que se sientan en una Silla con poder, y luego la riegan. Pero comencemos hablando del año dos mil…

El 2ooo, fue particularmente esperado por muchos, entre ilusiones y temores. Parecía un número grande, redondo… casi misterioso. Hacía pensar en casitas en la Luna, las que estaban debajo del mar o las colonias en Marte; pero también en desastres y desgracias. El fin del mundo, motivado por un sin fin de variantes, era algo que alarmaba a mucha gente, y no sólo en el Tercer Mundo, aún en la poderosa Norteamérica o la culta Europa. Eran miedos de las masas, los atávicos, los que cada uno guardaba en su cabeza o su corazón, y estos eran universales. El fin podía ser por una peste, una hecatombe nuclear, un desastre atmosférico que desencadenaría terremotos, maremotos y tornados. Incluso se hablaba de objetos que podían caer del cielo, al parece estamos cruzando una zona del espacio particularmente cargada con todo rastros de rocas, y la Tierra pasa por ahí como perro en cancha de bolas criollas, esperando en cualquier momento el perolazo en la cabeza. Hercobulus aterrorizó a muchas almas sencillas. Nada de eso se cumplió, pero ya anda un grupo por ahí con un libro que habla de un planeta rojo que se acerca a la Tierra, el cual hay que comprar si queremos saber cómo salvarnos. Dios, había prometido no burlarme más de los místicos…

Hay un aspecto de la llegada del dos mil que me inquietó como empleado publico destinado a llevar cifras, cuentas y estadísticas sanitarias, que ahora no se pueden, las cantidades que anuncia el Gobierno, no digamos que son inventadas, pero eso se le parece mucho; ahora debo trabajar únicamente con cifras pasadas. En los años previos al singular número, las Naciones Unidas todas se había abocado a la exitosa culminación de un programa de gran alcance en tiempo y lugares, destinados a combatir las enfermedades productos de la desnutrición, algo que se llamó LA CARTA DE OTTAWA, que debía mostrar todos sus triunfos en el dos mil. Pasado siete años ya es posible medir en todo su alcance el fracaso (¿fracasó un plan implementado por la ONU y sus líderes? ¡No puede ser!). No sólo no se redujeron dichas cifras, atacando sus causas, sino que no se ha tocado ninguno de los otros problemas que le van aparejados, obligación también de las Naciones Unidas, como era la reducción de armas, no solamente las de destrucción masiva, y una efectiva disminución de la contaminación ambiental.

¿No es curioso como fallamos siempre en cuestiones importantes? Por suerte al fracaso no se le dice así, no a nivel de la ONU al menos, y a nadie le interesa mucho tampoco el tema. ¡Es tan aburrido pensar en problemas! Claro, un tornado en Sumatra es un asunto feo, pobre gente, pero pasa a cada rato y ya nos acostumbramos. Un hermano mío comentó en estos días, ¿y por qué esa gente no se va de ahí? Este hermano mío, Miguel, es así, muy folclórico. Recuerdo una tarde que estábamos en casa de nuestra madre, sentados a la mesa él, mi hermana Luisa y yo, comiendo. Eran granos muy sabrosos con carne de cerdo, unos bistecs a la plancha, ensalada de pollo, mucho aguacate y jugo de naranja. Él repitió… y pidió un tercer plato. Yo le dije, ¡muchacho! Luisa le preguntó si no sabía que había mucha gente muriéndose de hambre en el mundo. ¿Saben qué contestó?: Hummmju, y por qué no se vienen para acá para que coman.

Es realmente una pena que los problemas no puedan solucionarse así, tan fácilmente, con tan sólo cambiar de dirección, como piensan tantos que hacen un desastre de la zona donde viven y creyendo que mudándose dejarán lo que son y lo que provocaron atrás. Lamentablemente tampoco hay soluciones rápidas o sencillas a estos problemas (no, no se vayan todavía). Aunque la desnutrición, la pobreza extrema y la violencia sean problemas localizados, focales, estos son universales, aunque los grandes países quieren desentenderse del asunto. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que las diferentes ligas de países y presidentes no sirven sino para reunirse, firmar papeles huecos que dan una falsa sensación de que algo se hace, que se sacan fotos, discuten, chismean y se atacan por allí uno que otro para mostrarse más en plan de farándula que de estadista. ¡Y con el realero que gastan en esas cumbres!, la cosa es eso, cumbre. Las Naciones Unidas han ido quedando relegadas, como lo será finalmente la OEA en su triste papel de incapaz para sostener reglas claras, justas y equilibradas que protejan a los americanos como ciudadanos de los regimenes políticos. ¿Para que le sirve a un perseguido político, que languidece en una cárcel y su familia, amigos y conciudadanos, la existencia o no del Secretario General o toda la OEA? ¡Para arrecharse! Y este, el señor Insulza, es increíblemente inepto, casi criminal en su negligencia.

Aunque es posible encontrar gobiernos locales capaces y responsables que deseen afrontar cambios y dar soluciones, el político en sí está controlado por las urnas. Un político no puedo sencillamente mandar a la gente a bañarse y que dejen la pedidera y se pongan a trabajar, o “pierdo a mis electores y me jodo”. A un candidato a una gobernación en Venezuela, Enrique Mendoza, se le ocurrió como slogan de campaña: trabajo, trabajo y más trabajo… y así le fue. Por otro lado, un buen gobierno puede terminar y llegar otro que no sirva ni para limpiarse la nariz con un dedo frente a un espejo; en Latinoamérica el espectro está muy copados de esa fauna de oportunistas gritones de la internacional socialista, con su ya más que demostrada incompetencia, siempre cazando un descuido de los ciudadanos para echar la vaina. La solución, aunque más difícil que encontrar o elaborar una piedra filosofal, es que los ciudadanos tomen conciencia a nivel de su región, de su calle, de su urbanización, y adopten medidas sencillas para encarar los tres puntos básicos de problemas mayores, tres desequilibrios suficientemente conocidos:

-Los sanitarios.

-Los sociales.

-Los ambientales.

Tendrá que ser la gente común la que tome el control de la situación y diga: hasta aquí, esto hay que resolverlo. Y no es tan complicado, las soluciones ya están establecidas (educar y trabajar, producir y ahorrar), serían baratas económicamente hablando, y de simple sentido común, sin embargo eso oculta el principal problema. El sentido común no es tan común como muchos creen. Y encontrar a alguien que quiera reunirse con otro para discutir el futuro de su ciudad es casi tan complicado como encontrar a dos personas que hallan atestiguado un mismo hecho y lo cuenten de igual manera, como lo sabe todo el que haya pertenecido a una junta de condominio (Dios, qué infierno). Ah, las cosas que he hecho yo mismo escapando de ellos, aunque sé que a la larga el no hacer nada me perjudica en mi edificio. Por nuestro bien, esperemos que surja la gente responsable que quiera tomar sobre sí el peso de estos problemas, sin deseos de figuración, sin que necesiten llenar un vacío patológico de protagonismo.

En alguna parte leí hace tiempo que el noventa por cierto de todas las ideas que mueven al mundo proviene de un diez por ciento de la población, que el resto es relleno y se conforma con que la dejen en paz en su vida de cabeza metida en la arena. Supongo que en lo tocante a la responsabilidad de luchar, echarse un problema a los hombros y trabajar para resolverlo, así lleve años, también recae sobre un número igualmente reducido. Que lástima que no seamos para trabajar como lo somos para opinar sobre el cómo deben hacer las cosas los demás. Pero en algún momento la gente común, el ciudadano de a pie, el pela bolas como decimos aquí, tendrá que botar aire, enderezar los hombros, echar la cabeza hacia atrás como diciendo “por qué yo, Dios”, y tomar la responsabilidad de pensar en su futuro, el de sus hijos y sobrinos, el de sus amigos y su país, de forma local, sin pretensiones de salvar el mundo. Como gente normal, pues…

Julio César.

QUÉ FACHADA

¿No es una estampa realmente atractiva y soberbia? Provoca ser su dueño. Hay seguridad, vitalidad, casi salud. Está lleno de detalles sobresalientes, ¿verdad?: la palmera alta frente a la casa; las palmeras de jardín con hojas grandes; el techo blanco, las ventanas grandes, el color claro de la vivienda, la cual parece iluminada por un sol fuerte; la pareja no tan joven pero que se nota disfrutan de su casa, de lo que es suyo. Todo eso es lo que deseo: vivir así, bien, cómodo, sabroso, y muy cerca del mar.

Julio César.

martes, 25 de noviembre de 2008

UN LAMENTO CUALQUIERA

-Jack, te juro…

“Nunca lo sabrás ahora, pero muchas veces quise decirte que te amaba y que llenabas mi vida de felicidad; pero mi orgullo y mis creencias siempre me lo impidieron. Muchas veces, al mirarte a mi lado, quise decírtelo, e intuía lo feliz que serías, y lo dichoso que yo mismo me sentiría. Pero egoístamente callé, robándote, y negándome, ese poquito de alegría. Me decía “mañana se lo diré”; “esta noche se lo susurraré al oído”; “en cuanto lo vea se lo expresaré”… pero el momento jamás llegó, ese instante nunca se dio. Deseé con todo mi corazón tratarte con cariño, mirarte con ternura, hacerte saber cuánto me importabas y que entendieras que al no estar a mi lado la vida era un martirio, pero algo siempre estaba allí obligándome a estar a la defensiva, a ser distante, cortante, hiriente muchas veces. Quise hacer tantas cosas con mi vida, muchas de ellas contigo y terminar así con mi desdicha, pero no supe cómo. Miro hacia atrás y me preguntó en qué momento lo arruiné todo, y creo que fue cuando sentí temor de tus sentimientos, miedo de mí, de entregarme y de decir te amo. Ahora que no estás, únicamente me queda en la memoria lo vivido, y aún en ella y en medio de mi soledad, tu sólo recuerdo me hace feliz”.
……

Lo triste es que la vida está llena de esos momentos, cuando nos preguntamos ¿y sí… y sí…? Por suerte, casi siempre, se puede remediar lo hecho. O continuar. Pero ¿qué pasa cuando se muere en vida?

Julio César.

FIDEL CASTRO SE DESPIDE DE BUSH

-Aléjate, ¡aún vivo!

Dicen que el mal nunca muere, y viendo a la vieja momia arrastrándose al abandonar su sarcófago de donde sale de vez en cuando para joder, uno debe terminar creyéndolo. Fidel Castro, incontinente e impertinente, alejado del poder que toda su vida detentó de forma sensual (el Diablo lo castigó en ‘vida’), de tarde en tarde deja salir un escrito, largo y aburrido, con el que tortura al que debe leerlo de manera forzada. De uno de sus últimos comentarios quiero hablar, (porque lo oí en la radio, ni de vaina lo leería desvariar una coartada ‘intelectual’ para justificar su larga y sangrienta dictadura); al parecer el régimen iraní le envió una nota de acercamiento al nuevo presidente de Estados Unidos, el señor Obama, quien los rechazó, ganándose la rabia de mucha gente que cree que un país serio cambia de política o rumbo según el carajo que vaya llegando como si de una feria de pueblo se tratara. Uno de los que criticó fue Fidel Castro, alegando que tras eso veía la mano siniestra de Bush, al que llamó cínico incurable. ¿¡Fidel Castro llamando a otro cínico!? ¿¡Él!? ¡Qué cínico!

Julio César.

OTRA VEZ ELECCIONES

Pasando el ratón moral.

La semana pasada, comentando en el trabajo que parecía mentira que ya hubiera llegado el 23 de noviembre con las elecciones, la señora Dora, una camarera, mortificada dijo: “Ay, sí, otra vez con esa pendejada, yo no sé hasta cuándo Chávez va a llamar a elecciones en lugar de ponerse a trabajar”. Y ella es chavista, pero de las que trabajan de verdad. Y es cierto, la gente ya se cansa, ya no vemos la gravedad o importancia de todo esto. Y sin embargo lo es. La idea del Presidente era no sólo arrasar con todas las gobernaciones, de allí el odio y violencia desatada, sin importarle parecer un demente, contra el Zulia y Nueva Esparta (en manos de la oposición), sino sacar la mayor cantidad posible de votos hombres. La idea era llamar luego a una reforma o enmienda constitucional que le facultara reelegirse nuevamente. Le angustia y le quita el sueño ya que no el hambre, saber que le quedan ‘sólo’ cuatro años de gobierno. Pero las cosas no le salieron bien. No sólo el Zulia y Nueva Esparta se conservaron, sino que se obtuvieron otros importantes estados.

Valencia, Miranda, Táchira y el gobierno metropolitano de Caracas se suman ahora al ‘territorio opositor’, como lo ven ellos. Y es entendible su desagrado, es difícil explicar al mundo cómo un presidente tan bienamado quedó encerrado dentro de esa prisión ideológica opositora. Miraflores es ahora un fuerte apache en territorio enemigo. Pero más importante, el número de votantes en esos cinco estados y el área metropolitano, suma la mitad total de los votantes nacionales. Cinco estados contienen casi tantos votos hombres como los otros diecinueve estados juntos. Al parecer hay amplias zonas del territorio donde no vive nadie, como en Apure. Eso da cierto margen a creer que ninguna medida demencial (reelección indefinida) cuente con garantías de no ser vencida en las urnas de un referéndum. Pobrecito el Presidente, lo único que quería, lo único con lo que en verdad soñaba, alentando por tantos crápulas dentro y fuera de Venezuela, no está confirmado.

Libre ahora de decir lo que pienso y creo, les cuentos que yo no veo el brillante triunfo por ninguna parte. Se ganó, sí, pero muy poco. Y eso me inquieta, no por mal perdedor o porque odie como odio a esta gente, sino porque enfoca un reflector sobre llagas que amenazan ser más profundas y peligrosas de lo que se esperaba. El chavismo ganó en el departamento Libertador, lo que es Caracas Caracas, el centro de la ciudad capital, y eso que el municipio está rodeado de sucio, huecos, malandros, miseria y problemas. Liberador, donde la gente se queja del abuso policial, del malandro que atraca en las colas, de las vías que destruyen los carros, y que lanza como un grito de reclamo: “¿por qué no es como en Chacao o en Baruta?”, prefirió continuar en semejante lodazal en lugar de intentar un cambio. Es como un auto castigo, “seguiremos sufriendo porque nos lo merecemos”. O peor, por masoquismo, “no gusta esto, queremos seguir así, como sub humanos”. Lo inquietante no es que mucha gente prefiera seguir en la basura, mirando con rabia a los que salen de ella logrando vivir más o menos bien, como debe vivir la gente (y cómo rumian, con resentimiento, contra esos “ricos”), sino que eso signifique que en verdad esa perversa forma de secuestrar y someter a la gente a un modelo de gobierno autoritario, esté dando frutos en nuestro suelo. Te maltrato, te vergajeo, te humillo pero te regalo estos pedacitos de pan, te hago algunas carantoñas, te digo que requiero y tú debes agradécemelo. En Cuba llevan más de cuarenta años haciéndolo y perfeccionándolo; convertir en rehenes y en esclavos de sus captores a la población.

El caso del estado Vargas es patético, mientras más abandonado, más arruinado, más humillado, más se entrega y se somete, como la pobre mujer del ‘macho’. Suena feo decirlo o sentirlo, pero en verdad ver esas muestras de sometimiento voluntario, da algo de asco. Pero sí son felices, ¿qué se le hace? Tampoco voy a caer en lo que dijo tanta gente esa noche después de las doce, que nada merecían y que era una lástima que no hubieran terminado de hundirse en el mar en el 99. Aún a mí me pareció demasiado; pero llevamos diez años sometidos a un régimen que suelta, riega y utiliza el odio para gobernar, eso termina afectando a todo el mundo. Yo creo que la gente en Varga ya tiene su castigo, y continuarán pagándolo en sus hijos, que es lo triste.

De verdad, está vez no me sentí tan dispuesto a la lucha. La abstención de la clase media en las elecciones regionales del 2005 y en el referéndum del diciembre pasado, me pegó. Gritar en medio de una calle que viene el fin del mundo, sabiéndolo (metafóricamente hablando, claro, aún no enloquezco del todo), notando que nadie le para, es desalentador. Pero no sólo eso, saber de lugares donde se debió lograr la unidad para arrebatarle el triunfo al oficialismo, pero que no se dio por las apetencias de poder de los dueños de partidos, llenaba de amargura. Ver a Julio Borges sacrificando a otros por su vanidad, fue desilusionante. Y estaban los estudiantes. ¿Saben que ocurrió hace poco en las elecciones de facultades de la UCV? Los jóvenes que representaban la tendencia oficial fueron unidos, los opositores fueron en tres toletes, y se perdió la facultad de Derecho. Nada más y nada menos que la facultad de Derecho. Mientras cada abogado de este país lleva meses alertando sobre los peligros de una dictadura disfrazada mediante decretos, cada uno con un fajo de carpetas bajo el brazo camino al Tribunal Supremo para intentar derogar esas leyes inconstitucionales, se perdía la facultad. Mientras estos daban la batalla, los estudiantes de derecho escribían mensajitos de textos e iban a morir a Choroní. No, no sentía yo ganas de participar. Pero había que hacerlo. Siempre me atormenta la idea de que por uno o dos votos (nuestro sistema permite que por la diferencia de un voto, se legalice un triunfo), se perdiera algo.

Sí, hubo victorias importantes, y aunque me parecen pocas debo reconocer que si son alentadoras. Dentro de la Casa de la Unidad había quienes deliraban con conseguir la mitad del territorio; gente más seria, a quienes yo no quería oír pero les creía, alegaban que serian cinco (qué ojo). La votación de la clase media en El Hatillo, Baruta y Chacao se dejó sentir. De las elecciones a gobernadores del 2005, donde mi querido estado Miranda cayó en manos de Diosdado Cabello, hombre fuerte del régimen ya que tiene unos ojitos que le gustan a Chávez (dicho por él, no lo invento yo), yo culpaba a la gente de Primero Justicia. A todo el mundo les decía que habían traicionado a Enrique Mendoza; luego supe que la clase media de esos municipios no concurrió a votar porque no les dio la gana, porque eran muy chéveres. Por ello el estado debió sufrir estos años de abandono, retroceso y anarquía. Para esta campaña, Gerardo Blair, candidato de Baruta por la unidad, hablando con Marta Colomina, la formidable y temible periodista, dijo que allí tenían un problema porque los baruteños se definían como abstencionistas de conciencia. Fue cuando esta mujer educada, inteligente, pero dura, dejó oír: “Pero qué postura tan estúpida”. Y lo es.

Afortunadamente la clase media salió a votar, en Baruta la participación llegó al ochenta por ciento, cómo debe ser. En momentos de crisis la gente debe dejar su pereza, cobardía o irresponsabilidad. Los testigos de mesa trabajaron en mejores condiciones, las auditorias a las cajas, y la entrega de las actas a los partidos políticos brindaban ciertas garantías de que no se podían inventar votantes fantasmas más allá de ciertos márgenes, o cambiar tendencias mediante oprimir un botón. La gente, nuestra gente, cumplió. Llegaron temprano, discutieron lo que se debía discutir y llamaron a todos los que debieron llamar. Había otro aire, la gente estaba cansada ya oír decir que se haría esto y aquello, sin que se materializara jamás. Creo que uno de los triunfos más resonados, y que más debió dolerle al chavismo, fue la populosa, y peligrosa Petare, el municipio Sucre. El chavismo lo creía su bastión más seguro, cerros y cerros de votantes fieles. Pero a diferencia de la gente de Vargas, o Libertador, los petareños están cansados de sufrir, de la amargura de una vida dura sin que se les brinde ningún tipo de ayuda. Es entendible, del Este al Centro, los petareños tienen que pasar por Baruta y Chacao, y entendieron que otra vida era posible, ¿por qué no para ellos? Recuerdo que hace dos semanas, un anciano de La Bombilla, una barriada casi dantesca, se definía como chavista, pero que el hampa los estaba matando, y dijo algo como: “Hace poco vino ese muchachito (Carlos Ocarís), y se le dejó caminar y hablar con todo el mundo. En otra época lo habrían sacado a pedradas e insultos, pero la gente se cansa”. Eso es confortante, pero…

Julio César.

SÍ LO TIENE…

-Pero mi amor, hace calor. –le sonríe.

-¡Ponte la camisa, carajo! Cuando no te cae agua sucia, te la quitas para secar a un gatito o cubrirle la mano a alguien que sangra… pero ¡siempre terminas quitándotela! –reclama ella, mirando molesta sobre su hombro a un grupito de gente joven.- ¡Dejen la veladera y busquen oficio! –y quedan a solas en pleno desfile.

Julio César.

domingo, 23 de noviembre de 2008

DÍA 23

Como siempre, me pega cuando lo recuerdo, y esta fecha, hoy, es especialmente significativa para mí. No quise que pasara debajo de la mesa. No me parece justo. Pero no tengo cabeza para pensar en nada, imaginarán por qué, así que (como en aquel desgraciado 23 de enero, momento cuando desperté con la noticia), recurro a las palabras de otros. A las de ALAS SIMPLEMENTE; y que me perdone algunas libertades:

Muertos

-Tú no existes.

-Tú tampoco.

-Pero yo alguna vez tuve un cuerpo y anduve sobre la tierra.

-Y yo.

-Sí, pero yo nací del cuerpo de una mujer y no de su imaginación.

-Ambos nacimos de la ternura de una mujer, y ahora estamos muertos.

-Te pareces mucho a alguien a quien aprecié bastante…

-Y tú a quien era mi vida, mientras vivía.

-¿A dónde vas ahora?

-Subo con las ovejas.

-¿Me dejas acompañarte? Es extraña la idea de estar aquí, solo.

-Puedes venir conmigo; pero te lo advierto, hay un precio a pagar… oír mi armónica.

(De cuando Heath conoció a Jack Twist)
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Publicado por Alas... 3:45 PM 6 leños
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Julio César.

NOTA: Dios, qué nervios. Esperar es terrible.

jueves, 20 de noviembre de 2008

23 DE NOVIEMBRE, ¿ESPERAR Y SOÑAR?

No, no basta únicamente con soñar o desear por muy grata o hermosa que sea la ilusión…
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Hace tiempo, en una de las interminables colas de Caracas, ojeaba mi revista ZETA, de análisis y política, terminándola toda, y temiendo que la joven mujer a mi lado notara que no hacía nada y quisiera hablar, leí nuevamente hasta los anuncios. Y me fije en una pequeña inscripción en la portada, de una frase de Martí: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y a hablar sin hipocresía”.

Me gustó e impresionó tanto esta cita de José Martí, de quien poco más se puede agregar (¿quién no sabe quien fue?), que la busqué. Lo que encontré fue algo tan dolorosamente irónico que tuve que sonreír con amargura. Este hombre grande, universal y decente, sobretodo decente, que cantó contra la impudicia, es citado frecuentemente, y utilizada su figura, por gente impúdica en un régimen criminal que lleva más de cuarenta años cebándose en la carne morena de la isla cubana.

Bien, el texto completo dice:

“Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen como en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de luz, como ha de haber cierta cantidad de decoro. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con su fuerza terrible contra los que roban a los pueblos su libertad, que es robar a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados”

José Martí.
……

Imaginarán ya por qué me molesta cuando escucho su nombre manoseado por quienes roban a otros su libertad, su dignidad y hasta sus sueños, que es quitarles su humanidad. Es que ese Fidel Castro, cuando estaba vivo, y su banda eran unas lacras. Aunque no son los únicos que ensucian el nombre de Martí.

¡Qué palabras, ¿verdad?! Expresan lo que tantas veces es difícil de hacer entender a otros, a los amigos que no saben, a los familiares que no se mortifican por nada, a la pareja que supone que sólo es un domingo más. Hay angustias, temores y rabias que uno siente y padece, que sabe deben enfrentarse, pero que no pueden explicarse. Venezuela se dirige este domingo 23 de noviembre a otra de esas jornadas ‘cruciales’. Nuevamente se habla de lo importante que es; yo lo entiendo, pero no puedo evitar sentirme cansado, desanimado. A muchos parece no importarles que se nos imponga cómo vivir, qué comer, qué pensar. Sin embargo eso no evitará que asista, que me reúna con los otros, así sean pocos numéricamente, y que cumpla con la parte que me encomienden. Si está la doñita de siempre, la universitaria flaca de la vez pasada, el muchacho de liceo demasiado alto para sus años, el hijo angustiado del chofer que no le interesa lo que pase, bastará. Deberá bastar, deberán alcanzar. Ellos tendrán que cargar, nuevamente, con el indecoro de muchos.

No quiero decir más, no quiero que se me tache de negativo, pesimista y agorero, pero no soy optimista. Nunca lo soy. Ahora mismo llueve horriblemente sobre Caracas, desde las dos de la tarde. Las calles y avenidas son gigantescos estacionamientos, quebradas, árboles y basura han colapsado el tránsito. No deja de llover aún a estas horas, las nueve y media de la noche, y el Guaire se desbordó. Defensa Civil, bomberos y autoridades llaman a todo el que esté en sus casas y no tenga necesidad de salir, que se quede en ellas hasta que pase la emergencia. El Metro funciona a media mecha y hay fallas eléctricas en el Oeste. Todo un infierno. No sé por qué recuerdo los horribles días del deslave del 99, momento cuando, irónicamente, nació la nueva Constitución parida por esta gente, violada al poco tiempo. Esperemos que la Chinita meta su mano en esta hora. En fin, por unos días estaré algo ocupado. Deséennos suerte,

Julio César.

sábado, 15 de noviembre de 2008

¡JAKE! ¡GUÁ…!

¿Y de dónde salió todo esto?

Para su nueva cinta, Jake Gyllenhaal ha desarrollado esta apariencia de príncipe aventurero de cómics. Y se ve bien, hay que admitirlo (es decir, ¡del carajo!); pero me pregunto sí tendrá como meta convertirse en un forzudo. Para ser bueno en el cine no es necesario, como lo demuestran caso como Johnny Deep o el mismo Heath Ledger (qué flaco se veía vestido de enfermera), quienes brillan (y brilló el chico australiano) a fuerza de talento. Y Jake lo tiene aunque la suerte no haya acompañado a sus últimas películas, Zodiac y Redemption. Sinceramente es algo ambivalente para mí verlo así, me gusta que le brinden la oportunidad de interpretar a un personaje que puede hacerlo más popular a nivel de la gran taquilla, que muchas más personas vean y sepan lo talentoso que es, y repito, se ve bien (y mucho), pero no me gustaría que se convirtiera en otro Silvestre Stallone o algo así. No es de ese tipo, pero…

Julio César.

NOTA: Ya sospecho un ataque deliberado. Nuevamente padecí un virus en mi disco duro que ha afectado varios archivos. Este tiempo fuera sirvió para que lo revisaran, pero siempre es un problema.

CHICOS MALOS

-¿Dónde coño estás? Ya estoy caliente en esta tina… ven en este instante o salgo y meto aquí a la primera persona que encuentre en el pasillo. –amenaza tajante.- ¡No me importa que sólo haya botones! ¡Lo meto!
……

Jamás he entendido, tal vez porque soy hombre, qué ve una mujer en un tipo barbudo, rudo, que la empuja, le habla golpeado y mira el rabo de otras en su presencia. ¿Será que ve a un hombre de verdad? Ella lo sabe infiel, desaseado, egoísta, flojo para nada que no sea él, y sin embargo lo ama (la pesadilla de todo padre). Debe ser algo atávico, no como sostiene el Conde del Guácharo, humorista venezolano, que las hijas buscan entre todos los que no sirven para un carajo, al peor, para joder al papá. Pero para sociólogos y sicólogos todo viene de las costumbres ancestrales y de la ‘ley natural’, lo mismo que se observa en el reino animal. La leona siempre busca al macho más fuerte que le garantice seguridad y una prole sana, pero cuando este mengua, ella se arrima a otro, el que va en ascenso. Tal vez nuestra Venus de Willendorf también admiraba al que más golpeaba con su garrote, sobretodo el coco de las hembras, al más grande y rudo.

Es posible que todo eso lance aún sombras de herencia en la especie. Es posible que una mujer, sobretodo las muy jóvenes, asocien esa apariencia a la creencia de virilidad y fuerza. Y todo esto, con la hombría. ¿Que después pueden pasarla mal? También es algo conocido, y que ya deberían saberlo todas en todos lados, pero eso parece no importar muchas veces. Hace tiempo, hojeando una revista, leí una encuesta donde las jovencitas encontraban a Chris O’Donnell (el Robín en las últimas versiones de Batman y Robín) muy ‘lindo’ pero que no saldrían con el, que se irían con Russell Crowe, porque se veía salvaje y rudo. ¡Y su fama de mala conducta tiene!, entonces ¿no aprendemos? Menos mal que no soy mujer. Me gustan las chicas malas, las muy malas conductas, pero no se me ocurriría enloquecer por ellas. O no me ha pasado; quién sabe qué traerá el futuro.

Julio César.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

NO LO ENTIENDO, ¿SERÁ LA DICHA?

Era eso, la simple alegría de estar allí…

No sé qué pasa pero te escucho, realmente escucho tu voz susurrando a mis oídos cuando callas, cuando estoy lejos de ti cuidando a las ovejas. Muchas veces he virado mi rostro buscándote al sentirte tan cerca, pero no estás. Sin embargo no me importa, el desencanto debería ensombrecer mi día, pero sonrío, porque me basta para recordar tu estampa; y me estremezco aunque todavía no lo entiendo.

Me hablas mientras ríes y bebes a mi lado, como mi amigo, y debo desviar un poco la mirada, porque tu boca me hace recordar los besos que he robado y pensar en aquellos que todavía no he dado. Caricias que me pesan cuando reparo en ellas, el esperar por esos labios que un día besaré y que todavía son promesas de amores que viviré; y es cuando con escalofríos reparo en que tampoco tú los has brindado y… Ni siquiera imaginas, mi dulce amigo, con todo aquello que he soñado.

No lo sé, camarada, pero ahora temo que tu recuerdo me persiga toda la vida. Un día nos separaremos, cuando estos deberes que nos obligan a estar juntos terminen, y sé que cuando estemos lejos recordaré tu mirada y mucho me temo que perderé mi alegría. Pero no quiero pensar en eso ahora mientras escucho tu historia, mientras te cuento la mía, ahora que estamos juntos y el mundo es perfecto. Tu pierna roza la mía, hace rato que debí separarlas… pero no me atrevo porque tal vez un día, en una existencia árida y fría, con tan sólo aferrarme a este recuerdo me bastará para continuar. Ríes y río contigo, dejémoslo así, ya mañana será otra vida.

Julio César.

NOTA: Ya sospecho un ataque deliberado. Nuevamente padecí un virus en mi disco duro que ha afectado varios archivos. Este tiempo fuera sirvió para que lo revisaran, pero siempre es un problema.

TERMINÓ LA ERA BUSH…

En líneas generales, estos dos últimos meses sólo han dejado situaciones desagradables que han alcanzado a todos; contrario a cuando había un terremoto allá, una ola gigante por aquí o una guerra absurda más acá. La crisis económica y financiera impacta con furia aterrando a todo el que debe plata (personalmente deber dinero es algo que no me deja en paz; no entiendo como hay quienes viven siempre así, debiendo, sin darse mala vida); el que invirtió o teme que el esfuerzo de toda una vida desaparezca. Sin hablar de quienes temen el cierre de fábricas y empresas que dejen a miles en la calle. Ya no se habla de una congelación de la economía, sino de una recesión monda y lironda. Para un país como Venezuela, dependiente únicamente de un recurso natural como lo es el petróleo, lo único que exportamos (¡lo único!), dado las torpes políticas de izquierda (gente cuando no rapaz, inepta), el futuro no se ve nada claro; al contrario, muy hostil.

Pero algo bueno salio de todo esto, aunque cueste creerlo al primer momento: gano Barack Obama la presidencia de Norteamérica. O como lo pienso yo, que no le iba a ese señor (al menos ganaron, Hilary): perdieron los republicanos. Aunque en voto popular de ciudadano a ciudadano, la diferencia fue alarmantemente corta. Ojalá eso no le traiga problemas al nuevo Presidente. Sin embargo, ¡al fin los republicanos salen del poder! Y no es poco lo que se ha ganado. El legado Bush pesó demasiado en la derrota, pero también la sospecha de que su administración nada hizo para ‘cuidar’ las finanzas, permitiéndoles a los capitanes de la banca hacer lo que les daba la gana. De manera personal me gustan las ideas conservadoras, estas brindan estabilidad, pero esa gente, Bush y la banda que lo rodeaba, habían exagerado. Su política externa, militar, energética y ambientalista eran eso, un desastre total. Ahora, con gente menos dogmática, es posible que esos problemas comiencen a estudiarse con seriedad, con la alarma y urgencia que cada caso reclama.

Es posible que ahora en el poder, el señor Obama entienda realidades, no como hace la generalidad de esa bancada irresponsable llamada demócratas en el congreso. América Latina, lo quiera o no Estados Unidos, es su vecina. Somos numerosos, con tendencia a crecer aún más, aumentando igualmente nuestros problemas. Y estas dificultades de la región, muchas de ellas causados por una falta de sentido común a nivel personal de cada ciudadano, obliga a muchos a emigrar a Norteamérica, y allí llevamos las maletas, los problemas y nuestra forma de ser. O así era hasta hace poco, ahora también exportamos un resentimiento militante contra el Norte que grupos delirantes han sembrado en bastos grupos de nuestra población. Ante nuestros fracasos de años y años, las tesis marxistas levantaron generación tras generación de ideales erróneos, gritándonos que no era nuestra culpa tanta incompetencia sino de los Estados Unidos; es fácil detestar a estos. La violencia y odio virulento de los extremistas que intentan sostenerse en el poder y para ello necesitan del enemigo externo, y los recursos del narcotráfico (dinero que desvirtuó el mercado inmobiliario ante la mirada cómplice de muchos), son problemas de la región que deben ser entendidos a total cabalidad. Las drogas generan tal masa de ‘razones’, que pueden costear lobbys, ejércitos y ‘simpatizantes’ de teorías contraproducentes, por absurdas que resulten al sentido común.

En cuanto a los adictos, no me meto. Alguien que se convierte en consumidor se le debe ayudar… hasta cierto punto. Su misma flaqueza es reflejo de una falta de algo que lo haga salvable, o merecedor de ayuda. ¿Recuerdan un capítulo de Los Simpson cuando Homero era famoso como cantante y sacaron al mercado una crema de afeitar con su nombre? La retiraron y cuando Lisa preguntó por qué, él puso esa divertida cara de molestia y dijo: “Dijeron que era venenosa. Pero yo digo que si alguien es tan idiota como para comerla merece morir”. Estemos claro aunque suene duro, ¿para qué gastar tiempo, dinero y recursos atendiendo a gente, buscándoles una ‘cura’ cuando fueron tan imbéciles como para caer en eso? ¿Acaso no matan a los caballos cuando se parten una pata?

En fin, ahora en el poder, el presidente Obama no será el senador Obama. Deberá entender que están cercados de problemas en la región, entre los pichones a dictadores y la violencia del narcoterrorismo, y que cuentan con muy pocos aliados, siendo el gobierno colombiano uno de los pocos confiables. Y que conste que no siento aprecio por los hermanos vecinos en estos momentos, durante mucho tiempo se hicieron los locos riéndole los desmanes a nuestro Presidente mientras el dinero fluía hacia sus arcas, sabiendo ellos de los nexos de estos con los grupos irregulares de allá, cosa denunciada en tiempos tan tempranos como el 2001. Se puede decir que ahora el gobierno neogranadino recibirá un poco de lo que justamente merece; pero eso no puede significar que se les deje caer, no a ellos, único dique en la zona para atajar a tantos dementes violentos.

¿Saben qué me gustó? Ver a Sarah Palin esa noche, acompañando a su candidato, reconociendo con una clase que en un lugar como Venezuela nos desacostumbramos a ver en nuestra clase política, que excreta por la boca sobre aquellos que no están de acuerdo con ellos. Se vio hermosa con sus lentecitos, con esa mirada brillante que casi parecía contener algo de humedad. No fue poco lo que perdieron. Pero en verdad, aunque retrocedieron en el senado y la cámara de representantes, el caudal de votos republicanos lograron mantenerlo. Ahora viene el tiempo de la revisión. Ya hay quienes la señalan como causante de la derrota republicana, y con saña, pero la creo muy capaz de enfrentarlos. Como bono bueno extra, el tiempo Bush pasará al fin, y con suerte para siempre. Lo siento por Condoleezza Rice (qué mujer). Espero que a la señora Palin no le vaya tan mal, tiene la edad, presencia y carisma (se le nota ‘fuerte’) para encarnar el futuro, amalgamando a los republicanos a su alrededor. Su “Dios bendiga al senador Obama”, fue un gran gesto. La verdad dio una buena pelea, sobretodo cargando con ese bacalao al hombro que era la gestión Bush.

Se han puesto muchas esperanzas en el señor Obama, se espera como demasiado de él. Ojalá le vaya bien y la economía se medio estabilice, para que se comience ya a buscar medidas para corregir tantos problemas ambientales. Mis sobrinos crecen y para ellos todavía necesitamos de este planeta. En fin, amanecerá y veremos.

Julio César.

CADA QUIEN A SU FIESTA


Dentro del oscuro local aunque aún es de día, y mirando hacia la entrada donde aparece ese sujeto, las chicas sacan sus cuentas mientras danzan. La que tiene cara de tremenda dice que ese individuo enseñando el mondongo la busca a ella. La que se ve más rochelera de todas alega que no, que parece de su tipo. Y la de apariencia de súper diabla, sonríe con suficiencia, sabiendo que las otras no tienen vida con ella, quien será la que baile con el tipo en el marco de la puerta.

Pero el sujeto piensa en que ojalá esté allí su amigo Tinito, ya que lleva días sin verlo y lo extraña mucho.
……

Y es que una cosa piensa el burro y otra quien lo arrea.

Julio César.

LA CARCAMALA

-Retira esa luz, cretino.

La señora Mimí Lazo es una buena actriz. Es capaz de hacer reír y pensar, aunque no resulte nada del otro mundo. Su modo es ameno. Y parece ser así sin actuar. La recuerdo en u programa humorístico, no recuerdo si en VENEVISIÓN o RCTV, cuando iba a casarse… nuevamente, con ese tipito que se cree sabrosote, Luís Fernández; y en un corto lo comentaba con un peluquero que le preguntó: “¿Te vas a casar otra vez? ¿Este es el tercero o el cuarto? ¿A quién le toca ahora?”. Fue gracioso. Pero la recuerdo especialmente en El País de las Mujeres, toda atolondrada citada por el jefe para una reunión de urgencia, y con cara de ponchada se decía: “una reunión a esta hora, y yo que no puedo unir verbo con predicado”. Notable también fue cuando se creyó embarazada del ex marido y resultó que era la menopausia, qué drama montó. Fue tan jocosamente cruel.

Sin embargo, no es de mis preferidas por varias razones particulares (es chavista, y no muy buena gente). De ese éxito que fue El País de las Mujeres, la tomó contra Milena Santander, quien gordita y todo tuvo un papelazo que la hizo amada dentro de la trama. Eso llevó a vetarla en futuras novelas donde ella trabajara. Y en VENEVISIÓN siempre se le complace (es chavista, ya lo dije). Actualmente protagoniza una nueva novela, que intentó seguir los pasos de aquella, pero no ha resultado tan afortunada. De hecho quiero reproducir aquí un extracto publicado por la señorita Chepa Candela, una acuciosa (cruel y malvada) periodista de farándula. Disfruten su comentario sobre Mimí y la fulana novela:
……

“Yyy si de rollos se trata, el que hay armado con la MIMÍ LAZO y los técnicos que laboran en "La carcamala", ¡digo! "¿VIEJA YO?" ¡también está encendido!, ya que el equipo ¡en pleno! acaba de protestarla ante la gerencia dramática, debido a los continuos atropellos de los que son víctima por parte de ella, quien el viernes de la semana pasada ¡puso como un coleto con quien trapeó el piso! a un luminito, porque éste no quiso obedecer sus órdenes (que si baja la luz, que si quítala de aquí porque se me ve el arruguero, que si ponla de este lado para que no me enfoquen la panza, etc, etc, etc) y como éste le recordó que trabaja bajo la disposición de un director y no de los artistas, la susodicha ¡reventó en cólera!... y tras gritarle desde "barriga verde" hasta "tripas azules", ¡paró la grabación!... y dejó el pelero... ¿Consecuencias?... No pudieron terminar la escena y volvió a perderse un día de grabación, ocasionándoles nuevos problemas a la producción... y como no es la primera oportunidad que se enfrenta a los técnicos (a los que más vale tener de amigos y no de enemigos) y los agrede verbalmente cada vez que le da un ataque de caspa o se mira al espejo, éstos llevarán la queja "hasta allá arriba", con gran carta incluida, en la que la declararán "persona no grata"... porque, les repito, ya están cansados de los vejámenes de esta señora que valiéndose de su amistad con Mónica Montañés (la escritora), quiere hacer en dicha novela ¡lo que le da la gana!... ¿Quuuéee taaal?... Deee paasooo, les comento que con los grandes "chaparrones" de agua que están cayendo sobre Caracas, el centro comercial de anime, zing y cartón piedra que montaron allá, en La Yaguara, se tambalea cual gelatina... y más de una vez ha estado ¡a un tris! de venirse abajo, lo cual mantiene con los nervios ¡de punta! a actrices, actores, extras, técnicos... y a todos los que trabajan en el cacareado proyecto de VENEVISIÓN...”
……

Julio César.

sábado, 1 de noviembre de 2008

ALGUIEN QUE LOS CONOCIÓ

Lo tenían todo y no lo sabían.

Imagina que estás nuevamente en el 2006, que desprevenidamente (¿cómo saberlo en ese momento?) ibas por un boulevard y entraste en aquel teatro. Sólo ibas a pasar el rato. Me pasó a mí. Recuerdo lo que sentí, también lo que me contaron otros, las frases que se repitieron, las miradas que se lanzaron extraviadas que se lanzaron a la nada, el gesto de insatisfacción personal. Recordemos a cualquiera:

“Pero ¿qué pasa? Quiero que alguien me explique esto que siento, que alguien me diga qué tiene esta película que no puedo apartarla de mi mente, que la tengo presente a cada instante. Era una película, tan sólo una película, ¡y sobre hombres! Entonces, ¿por qué me lleva a tantas reflexiones? ¿Por qué necesito mirar dentro de mí? ¿Por qué quiero cuestionar lo que es y lo que un día se prometía ser? No quiero pensar en ella porque me hace sufrir, pero tampoco deseo evitarlo. Algo está mal, ahora lo sé. Antes de entrar a ese teatro me sentía bien, era feliz, la vida era plácida, tranquila, jamás me cuestioné, nunca supuse que algo no estuviera bien. Tengo treinta y cinco años, he hecho mi vida, tengo mi lugar, el respeto y admiración de otros, una relación que no molesta y que brinda momentos gratificantes… pero ahora todo se me antoja falso, un espejismo de vida.

“Jack… Ennis, lo siento tanto, por todo lo que no vivieron, por todo aquello de lo que careció sus vidas… y sin embargo se tuvieron el uno al otro. En la mirada entregada de uno estaba el amor más grande, en los silencios atormentados del otro, la pasión más fuerte. Al conocer su historia me pregunto si alguna vez he querido así, sí he amado con todo mi ser. ¿Me he entregado alguna vez, he pensado en dejarlo todo, aún lo que soy, por otra persona? Creo que no, no lo he sentido por nadie, incluida la persona que ahora comparte mi casa.

“Pero ¿es posible? Me detengo y me cuestiono, ¿no he amado a alguien, a quien sea? ¿Realmente he sentido algo por alguien? ¿Acaso eso provoca este malestar, este dolor que no puedo ubicar o definir, estas ganas de sentarme y dejarme llevar por la melancolía? ¿Acaso el amor es simplemente un cuento, un mito, algo que se inventa en historias como la tuya, Jack, que nada podía menguarlo, destruirlo o acallarlo? Pero si es simplemente una ilusión del corazón, ¿por qué lo buscamos, por qué lo extrañamos, por qué nos hace sufrir cuando no lo tenemos? Quiero ir al teatro nuevamente pero me da miedo, las noches ahora son largas cuando despierto y aparto su brazo de mí, y me levanto porque no soporto seguir en la cama, el peso de mi malestar me ahoga y debo moverme.

“Es tan sólo una película; Ennis y Jack no existen; su amor nunca fue… pero no logro convencerme, y mientras salgo de mi casa rumbo al trabajo donde se me felicita por lo bien que lo hago y lo mejor que me va, me hago mil promesas de enmienda, me juro que hoy será distinto. Que yo seré distinto. Todo parece empujarme, el sol que brilla, la gente que parece sonreír, aún la radio donde se oye aquello de “Hoy salgo a buscar el amor”; ojalá pueda perseverar y lo logre. No quiero otro día de soledad en medio de la gente, no quiero seguir con ese pesar mientras estoy riendo, no quiero ver pasar las horas de la noche sintiendo vacío e infelicidad mientras duermes a mi lado”.

Julio César.

NOTA: Por un tiempo dejaré de escribir, espero que sea poco ya que me agrada mucho hacerlo, pero pasamos por momentos más urgente. El día 23 ya se nos viene encima y hay otros asuntos de qué ocuparse en esta tierra de Bolívar. Aquí, mientras dejo estas líneas, intento pelear con la depresión y el pesimismo, pero cuesta. Ojalá nos vaya bien. En fin, ya nos leeremos. Un fraterno saludo a todos desde Caracas.

LA SEÑORA BOLOCCO Y LOS MALOS RATOS

-Siento un airecito…

Cecilia Bolocco es una de esas personalidades que despiertan interés por donde pasa. Y cuando se le pregunta a alguien por qué, nadie sabe explicarlo. Sabe moverse, pero últimamente parece no acompañarla la suerte, bueno, dicen que Menem es medio gitano, tal vez la empavó. Esta mujer de buen ver, ex reina de belleza, se dio a conocer, al menos a nivel internacional, cuando se casó con el señor Carlos Menem, ex presidente de la Argentina. Desde el principio se desató una feroz polémica, ¿qué buscaba una mujer como ella con un hombre así? Al parecer les pareció que era ‘viejo’ para ella; personalmente si pensé que se veía como deterioradito, pero siendo un presidente, eso le prestaba ese glamour que dicen viene del poder; algo como Bella y Bestia son. Sin embargo los mal pensado creyeron entender la razón analizando un razonamiento del Conde del Guácharo: “¿Qué hace un viejo en una discoteca con una carajita?: pagar la cuenta”. Sea como sea, saltaron a la fama, por altivos, pantalleros y amantes de la exhibición… Tal vez en demasía.

La dicha en pareja no duró mucho, primero llegaron todas esas cosas horribles que se dijo de Menem como presidente, luego se habló de una separación de los conyugues, y la prensa, como siempre, dio a entender el por qué. Aquellas fotos donde salía la moza ligerita de ropas, apechugada de un ‘amigo’ en unas playas de Miami, terminaron con su matrimonio; cosa que no debió sorprender a nadie de darle la razón a muchos que imaginaban que cuando el maduro marido se acostaba a descansar o se dormía en una silla mientras conversaban, ella escapaba a divertirse, a vivir su vida. A la dama le gusta la publicidad, aunque tal vez no de este modo. Pero continúa buscándola…

No hace mucho, en una presentación en Viña del Mar, fue criticada solapadamente por parte de esas personas que comentan sobre moda. Gente feroz y agresiva donde la halla. Hasta mala gente resultan a veces. Era acompañada la crítica, que adjunto con paréntesis míos, con la imagen de la mujer algo ligera de ropas que se observa arriba:

“Parece que a la ex reina de belleza le vino la crisis de la cuarentena… (qué grosero) Que se siente más linda que nunca se nota en los escotes que escogió en fama… pero ¿esto? ¿No será mucho? (¿la verdad?, creo que no; si las mujeres salieran a comprar el queso vestidas así, el mundo no sería tan desagradable). Es cierto que el corte del vestido de Rubén Campos es soberbio, e incluso bien sentador para el par de calcetines de la Bolocco (¡Dios!), ¿pero era necesaria tanta transparencia? Graciela Alfano allende los Andes los usa ya pasados los 60, es cierto, pero para mostrar hay que tener y su trayectoria es otra. En todo caso, un poroto a favor por glamour y coraje” (la verdad es que la gente de la moda cuando critica, destroza… y no precisamente el traje).

Ahora, lo último que se sabe de ella es que tuvo que ser trasladada, en ambulancia y todo, con su hijo de cuatro años a la clínica de Santiago de Chile por un extraño accidente casero por inhalación de monóxido de carbono, que manó de una estufa en mal estado. Al parecer no fue grave, pero si se junta todo hace un inquietante cuadro por parte de esta mujer de temple. No pasa buenos tiempos. Esperemos que la mala estrella deje de brillarle ya a esta señora que no es precisamente bonita, hay algo de duro en ella, y no derrocha, al menos en fotografías, simpatía, pero a quien se le nota ese aire fuerte que tienen las mujeres de éxito. Ojalá pase este mal momento.

Julio César.

CHICO EN PISCINA

A al chico le encantaba pasearse por allí, a sus quince años se fijaba en todo, sobretodo si se abrían los ánimos en forma descuidada. Y a él le encantaba esa espontaneidad de la gente…

Julio César.

LA VENGANZA, PLATO SAZONADO EN EL INFIERNO…

Cuando era un niño, nueve o diez años, dormía tardísimo, cosa que causaba las angustias de mi madre, pero no podía acostarme temprano, cada noche transmitían por RCTV, un ciclo de películas: Señor Cine. Era un ciclo de martes a sábado, cada día un tema especifico, con un anunciante de voz dramática que iba pasando trailers de las películas que se transmitirían los días siguientes. Vi joyas realmente en dicho espacio: El Salario del Miedo; Cabaret, Un Largo y Ardiente Verano; De Aquí a la Eternidad; Los Doce del Patíbulo… y las de horror, por supuesto. Amaba Señor Cine de Horror. Eran cintas viejas, los clásicos, Drácula, Frankenstein (bueno, el monstruo), la Mosca y otros. Y allí estaba este ser, el taimado, cruel, diabólico e inteligente doctor Phibes. Qué ser tan ingeniosamente sádico.

Cualquiera podría decir que tratándose de una película vieja, sería aburrida, pero para mí fue la primera vez que vi una venganza tan esquemática, cruel y definitiva, cosa que la hace eterna. Tal vez eso sea lo ‘clásico’. No pierde su encanto; se cae en un canal retro y te encuentras con que la transmiten y allí te quedas, siguiendo las peripecias del policía que investiga, llegando generalmente tarde a todas partes, y la de este barroco y elegante villano. Se veía de fábula. Claro, sus métodos pueden parecen bobos ahora, comparándolas al sadismo (interesante) que vemos ahora en las Juego del Miedo (SAW); pero esta tiene el mérito de ser una precursora. Me quito el sombrero ante este género y aquello realizadores, qué visión. Ahora quiero transcribirles este artículo que encontré sobre nuestro amigo Phibes, en el blog LA CAJA NEGRA. Que no se moleste el amigo, ¿okay?

La venganza tiene un nombre: Dr. Phibes

“Nueve la mataron, nueve morirán, nueve malditos para la eternidad”.

Si Shakespeare hubiera aguantado quinientos años más habría acabado escribiendo la historia del abominable Dr. Phibes, la encarnación misma de la Venganza y la máxima creación del genial Vincent Price.

“El Abominable Dr. Phibes” se rodó en 1971 a las órdenes de Robert Fuest, director inglés que contaba en su haber con unos cuantos episodios de la serie Los Vengadores. Con un impresionante elenco encabezado por Vincent Price y Joseph Cotten, la película lo tiene todo: asesinatos, música, suspense y estética pop.


Hagamos una breve sinopsis: El Dr. Phibes, un culto cirujano experto en música y teología, culpará de la muerte de su amada esposa a los nueve médicos que la atendieron tras un aparatoso accidente de coche (él ha quedado horriblemente desfigurado y es dado por muerto). Phibes prepara la venganza: asesinará a los médicos inspirándose en cada una de las plagas bíblicas, en un alarde de imaginativa crueldad y sofisticado sadismo. Nuestro moderno y descontrolado Orestes se refugia en una especie de bunker art decó. Cubre su rostro desfigurado con una máscara que es la impasible cara de Price. Entre crimen y crimen, toca un llamativo órgano de tubos de metacrilato, acompañado por una orquesta de autómatas. Para poder hablar, se conecta a un gramófono por medio de un cable a un orificio en el costado del cuello. Y se alimenta introduciendo una cuchara en el mismo orificio (ésta es una escena especialmente tierna). Siempre está acompañado por su fiel Vulnavia, la misteriosa ayudante muda, y por el cadáver de su amada Victoria.


En este género que, si no existe, debería ser definido, el “cine de venganza”, el desarrollo habitual de la historia nos suele llevar durante las primeras tres cuartas partes del metraje a ir presenciando un rosario de humillaciones infringidas al protagonista, hasta que se produce su reacción final que provoca la catarsis de violencia desatada. En “El Abominable Dr. Phibes” se nos ahorra la parte del melodrama. Desde el principio de la película el buen doctor es ya un asesino demente, un siniestro genio del mal. Y nos queda toda la extensión del filme para disfrutar junto a él del sabor de la venganza. Porque Phibes es ante todo un esteta. Un esteta de los años 70 pero aún así, a su manera, un refinado en esto del crimen.


Al año siguiente se estrena una segunda parte, “El regreso del Dr. Phibes” (Dr. Phibes Rises Again, 1972) en el que nuestro doctor, que ha estado hibernando durante diez años, nos lleva hasta Egipto con su criogenizada esposa. Allí, intentará revivirla en la tumba de los faraones, y de paso nos brindará otro extravagante catálogo de asesinatos concebidos a la manera de las bellas artes. Algo falla, claro está, y el sádico doctor, como buen héroe romántico que es, no alcanzará la tan ansiada vida más allá de la muerte para su hermosa Victoria, pero para entonces nos ha dejado dos de las mejores películas de la historia del cine. Y nos recuerda de paso que la venganza es un manjar condimentado en el infierno.

24/05/2005 14:06 Enlace permanente. Tema: La venganza tiene un nombre: Dr. Phibes Hay 4 comentarios.
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También vi la segunda parte, de hecho creo que fue esa la primera que vi, y la muerte de un sujeto amarrado que es cubierto por feos y malvados alacranes o escorpiones, fue increíble; así como la del hombre atrapado como en una cama cuyos respaldos van cerrándose, aplastándolo, fue genial. Recuerden que era un niño cuando la vi. Difiero en mis recuerdos un poco con CAJA NEGRA, me parece que el doctor, navegando por un afluente secreto del Nilo, iba hacia la cámara donde su esposa reviviría, triunfando. Un hombre que lo perseguía, enfermo y obsesionado con curar, lo sigue y él lo deja fuera de la cámara. Cómo gritó. Todos esos detalles eran sublimes. Quien tenga la oportunidad, siéntese a verla. No la juzguen por el tiempo transcurrido. Se llevarán una gran sorpresa.

Julio César.